Las autoridades de Brasilia, Brasil, informaron que un pastor abusaba de sus hijas biológicas, una hijastra y un hijastro. Según las investigaciones, el hombre obligaba a las niñas a presenciar los abusos sexuales que perpetraba contra sus hermanas.
Entre otros actos de crueldad, forzó a las pequeñas a arrodillarse sobre granos de maíz y tapas de botella y las obligó a observar contenido pornográfico junto a él. Tras los abusos, les hacía colocar las manos sobre la Biblia para rezar con él.
El acusado, quien ejercía como pastor en una iglesia del municipio de Santo Antonio do Descoberto, en el estado de Goiás, cometió estos crímenes en su hogar familiar en Recanto das Emas, Distrito Federal de Brasil.
El hijastro del agresor también fue víctima de continuas amenazas y brutalidades físicas. Recibió castigos severos, como ser golpeado con alambre de púas, lo que le causó desfiguración permanente. Estos actos tenían como objetivo silenciarlo para que no revelara los abusos sexuales hacia las niñas.
La detención del pastor se llevó a cabo mediante la operación «Falso Profeta», dirigida por el equipo de la Sección de Asistencia a la Mujer de la Comisaría de Recanto das Emas. Antes de ser detenido, el hombre intentó suicidarse en su lugar de trabajo, pero sus compañeros lograron impedirlo. Posteriormente, fue trasladado a un centro médico y finalmente arrestado.
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Las víctimas decidieron denunciar este año después de contactar con los servicios de Protección Infantil. Durante años guardaron silencio por desconocimiento legal, miedo a posibles represalias contra sus madres y presiones por parte de familiares paternos para no denunciar.
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Según los testimonios presentados, los actos de abuso y agresión se llevaron a cabo tanto en momentos en los que el acusado estaba sobrio como bajo el efecto del alcohol y las drogas.
El hombre enfrenta cargos por violación agravada contra menores vulnerables, agresión sexual agravada, explotación sexual infantil, tortura y maltrato.
Fuente: Notitarde
