El profesor de la cátedra de Oceanología, Serguéi Mujamétov, asegura que los cuerpos en agua salada manan los líquidos de la piel y se van secando.
En las aguas profundas, donde se encuentra el Titanic, no hay depredadores grandes, por eso los cuerpos de los muertos en el sumergible Titán se mantendrán en estado de conservación a lo largo de unas semanas, dijo a Sputnik el profesor de la Facultad de Geografía de la Universidad Lomonósov de Moscú, Serguéi Mujamétov.
«Creo que es real encontrar los restos mortales, los cuerpos se mantendrán en estado de conservación a lo largo de unas semanas», señaló el profesor de la cátedra de Oceanología, agregando que a la profundidad de 3,8 kilómetros, donde está el Titanic, no hay depredadores grandes como tiburones que puedan destruir los cuerpos.
«Lo único que pasará es que los cuerpos perderán todos los líquidos, quedando secos», enfatizó.
Los cadáveres se hinchan en el agua dulce, pero en el océano sucede lo contrario, los líquidos manan de la piel. La salinidad del agua en el Atlántico del Norte es de 35,5 gramos por litro, es el espacio acuático grande más salado del planeta, explicó el experto.
La Guardia Costera de Estados Unidos, que realizaba la operación de búsqueda y rescate, comunicó anteriormente que el batiscafo Titán quedó destruido como resultado de una implosión y que sus cinco tripulantes estaban muertos. También declaró que dada la profundidad en que se encuentran los fragmentos del aparato y la complejidad que supone trabajar allí, es poco probable que se puedan recuperar los cuerpos.
El submarino turístico Titán desapareció el 18 de junio, al bajar al lugar donde se encuentran los restos del Titanic, naufragado en 1912, a una profundidad de 3,8 kilómetros. La comunicación con el batiscafo se perdió pasadas menos de dos horas desde el comienzo de la inmersión.
En ese batiscafo perteneciente a la compañía estadounidense OceanGate Expeditions se encontraban su fundador Stockton Rush, el veterano francés del estudio de aguas profundas Paul-Henry Nargeolet, el multimillonario y turista espacial británico Hamish Harding y el empresario pakistaní Shahzada Dawood junto con su hijo, Suleman.
Con información de Agencias.