Hacia la propagación del rosario de la aurora Guadalupano

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Durante el Rosario de la Aurora, los participantes se congregan para rezar las letanías y los misterios del rosario, compartiendo también cantos y reflexiones.


El rosario de la aurora Guadalupano es una expresión de devoción mariana que se lleva a cabo en varias partes de América Latina y otros lugares del mundo.

En esta práctica, los fieles se reúnen de madrugada o al amanecer para rezar el rosario como una forma especial de veneración a la Virgen de Guadalupe.

Esta devoción se asocia estrechamente con la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de Falcón.

Durante el Rosario de la Aurora, los participantes se congregan para rezar las letanías y los misterios del rosario, compartiendo también cantos y reflexiones en honor a la Virgen María.

La elección de realizar este sentimiento de respeto y admiración durante el amanecer representa simbólicamente la idea de invocar la luz espiritual al inicio del día, así como la esperanza que trae consigo el nuevo amanecer.

Esta devoción no solo implica la oración, sino que también fomenta un sentido de comunidad, hermandad y solidaridad entre los participantes que se unen en un espíritu de fe y devoción mariana.

Es un hermoso testimonio de la profunda conexión espiritual que muchas personas sienten hacia la imagen de la Virgen de Guadalupe
Los veleños han sido privilegiados al tener entre ellos está importante actividad religiosa que se realiza todos los primeros sábados de cada mes, a orillas de la bahía, en el sector Sixto Lovera, a partir de las seis de la mañana.

Raquel Barragán junto a su madre, y demás familiares y amigos, conducidos por el padre Williams Perozo, dirigen este santo rosario por la paz de Venezuela y el mundo entero.


«En casa por tradición familiar siempre hemos rezado el rosario, de ahí la intención de propagarlo, y junto a un grupo de amigos y familiares tras una petición decidimos venir a La Vela y ponerlo en práctica, luego de conocer una experiencia similar en Florida» relató Raquel Barragán, quien agregó que se inició con doce personas, aumentando el número de asistentes y fieles cada mes, llegando ya a la edición número veinte.
«Se han dado tantas bendiciones, sanaciones, testimonios que contar, por ello, ahora somos una gran familia que nos reunimos para orar y compartir. Aspiramos seguir creciendo y lograr que sigan uniéndose personas y familias para la devoción del santo rosario», agregó.

Amílcar Briceño /CNP 13.661.